Machismo femenino

¿Se dieron cuenta que, el otro día, en Plaza de Mayo, quienes coreaban con mayor rabia el "Cristina, hija de puta..." eran las mujeres?

De colectivos

Es que como la oficina se mudó, ya no tomo mas el subte al laburo, sino el colectivo.
Resulta que había subido una mujer embarazada, de esas que no terminas de estar seguro si está realmente embarazada o simplemente tiene debilidad por los postres.
Entonces, esta señora, se ubicó parada al lado de uno de los asientos de la fila simple, donde se encontraba sentada una chica post-adolecente. El colectivo estaba semi-vacío, y ni la chica, ni nadie mas le ofreció el asiento.
Yo, que estaba parado al fondo, permanecí expectante, preguntándome cuanto pasaría hasta que alguien se avivara.
Quien lo hizo fue el señor chofer, pidiendo a viva voz que alguien le cediera el asiento a la señora, dado que él estaba imposibilidado de hacerlo por razones obvias.
Entonces la señorita post-adolecente, se levantó con cara de ojete y, sin pronunciar palabra alguna ni hacer un intento de gesto de amabilidad, cedió su asiento. Doña embarazo no vaciló en adjudicarse el asiento, pero tampoco pronunció palabras ni gestos de agradecimiento.
Digo yo... si vas a ceder el asiento por obligación, al menos para quedar bien, hacete la que no te diste cuenta e improvisá una escena de generosidad. Por otra parte, si te ceden el asiento, aunque lo hayan hecho bajo presión, deberías agradecer.
¿Acaso se perdieron los códigos?

Amistad entre hombres y mujeres: ¿perros o cerdos?

Sin ánimo de entrar en el eterno debate sobre la existencia de la amistad entre hombres y mujeres, yo creo que, al menos, existe un tipo de "relación amistosa" que se puede parecer mucho a la amistad, pero por ahora me reservo el derecho de no llamarla "amistad".
En las personas con las que uno podría mantener una relación amistosa, se pueden identificar dos clases distintas: perros y cerdos.
Como todos saben, el perro es un animal doméstico. Esto significa que uno lo puede amaestrar, puede convivir con él y hasta hacerlo parte de la familia. Podemos tener una gran relación amistosa con un perro, podemos jugar con él, extrañarlo cuando está lejos, preocuparnos cuando está enfermo y hasta llorarlo como a un hermano el día muere. Puede ser nuestro fiel compañero durante lo que dura la vida y mantener la relación intacta a través de los años.
Un cerdo también puede ser un animal doméstico. Uno lo puede amaestrar, convivir con él y hacerlo parte de la familia. Podemos tener con el una relación similar a la que podemos tener con el perro, pero existe una gran diferencia: en un momento de debilidad, con un cerdo, podríamos sentirnos tentados a hincarle el diente. Puede que esto no ocurra nunca, pero sabemos que el cerdo es sabroso, y por ende la posibilidad está latente. En cambio, el perro no es sabroso, por lo que podemos estar seguros que jamás va a pasar (salvo casos extremos de falta de alimento).
En mi vida he mantenido muchas relaciones amistosas con mujeres cerdo. Sin embargo, salvo alguna excepción, no recuerdo haberme relacionado amistosamente con mujeres perro. Quizás solo las mujeres cerdo son las que me motivan una relación amistosa. O quizás el perro realmente no exista. Tal vez todo perro es un cerdo en potencia para el sexo opuesto.
Me pregunto si solo soy yo o es así para todos, hombres y mujeres. ¿Habré sido perro para alguna de mis cerditas?